Estas últimas semanas han sido una montaña rusa de emociones y esto me ha llevado a pensar mucho. Una de las cosas que más me ha hecho reflexionar ha sido la petición de que le escribiese unas palabras a una adolescente de mi familia, una especie de “legado “para el futuro. Todo ello ha dado como fruto la carta de esta entrada. Es la carta que me habría gustado recibir cuando era una adolescente, es la carta que me gustaría leerles a mis chicos y chicas en clase, es la carta, en definitiva, que recoge, de una forma muy humilde y sencilla, aquello que creo que todo el mundo debería leer en ese punto en el que sentimos que es hora de enfrentarse a la encrucijada del camino.
Ahí va, con un poco (o un mucho) de mi corazón y mi alma.
Hay momentos que son un punto de inflexión en la vida, una parada necesaria que hay que hacer en el camino para recoger quienes hemos sido hasta ahora y ver quienes quisiéramos ser mañana.
En primer lugar me gustaría hablarte de la gente. A lo largo de la vida te encontraras con un montón de personas diferentes, gentes que aparecen en tu camino por alguna razón; ten en cuenta que los encuentros nunca son fortuitos.
Cuando escojas a los seres que formarán tu universo, haz siempre que sean personas que sumen a tu vida, que te hagan crecer, que te hagan sentirte querida, fuerte y protegida. Esas personas son las que hacen que, de pronto, cuando es difícil escoger el camino o ver la luz, lo encuentres o la veas.
Sé siempre tú misma, no renuncies ni a tus valores ni a tus principios por el “qué dirán” o por la opinión gratuita de quienes no te conocen, confía en tus opciones y en tus capacidades. Ten ganas de cambiar el mundo, de hacerlo más hermoso cada día con tu estudio, tu trabajo, la familia que formarás…
Disfruta de cada instante y no te lamentes de lo que no has hecho o de lo que ya has perdido, el pasado no nos ayuda a construir y el futuro solo debe servirnos para hacer de cada día un presente ilusionador.
Ama mucho, con intensidad, pero no solo a las personas sino también ama lo que haces, donde vives o todo lo nuevo que cada día se aprende.
Sé feliz y sé persona en el significado más completo de la palabra. La honestidad, el valor, el sentido del esfuerzo, el trabajo y la fidelidad a nosotros mismos y a los seres que nos quieren serán las cosas que verdaderamente te harán levantarte cada mañana sabiendo por qué lo haces.
Y quiero acabar estas palabras que solo pretenden ser una gotita más que te ayude a llenar tu vaso, con una cita de una escritora italiana que, en su momento, fue muy importantes y decisiva para mí.
“Y luego, cuando ante ti se abran muchos caminos y no sepas cuál recorrer, no te metas en uno cualquiera al azar: siéntate y aguarda.
Respira con la confiada tranquilidad con la que respiraste el día que viniste al mundo, sin permitir que nada te distraiga: aguarda y aguarda más aún. Quédate quieta, en silencio, y escucha a tu corazón. Y cuando te hable, levántate y ve dónde él te lleve”
Lo mejor está por venir. Un beso.
Gracias por tanto.