Lucía R. Olay

Ya os dije en la presentación del blog que soy la eterna estudiante. Siempre me gustó estudiar, leer, los idiomas…De letras puras por convicción y vocación, decidí hacer Filología Hispánica (rama literatura) porque tenía claro que quería dedicarme a la docencia. Ya pasados los años terminé mi tesis doctoral y decidí hacer el master de igualdad de mujeres y hombres por la UPV, una experiencia magnífica y un aprendizaje también clave en mi vida (os habréis fijado en el color de la tarta). Por esas cosas del “destino” llegó a mí la Certificación de coaching…y también me embarqué en esa aventura. Ser coach me ha ayudado mucho para mi desarrollo profesional, colaborar formando a otros/as coach es algo que me entusiasma; como veis, de nuevo, la enseñanza aunque sea a adultos. Obviamente, los libros y lo que simbolizan, son un poco Lucía y todo lo que he aprendido, aprendo y aprenderé quiero compartirlo con quienes queráis acercaros a este blog, necesito (y empleo ese verbo con intención) saber que mi formación resulta útil a los demás y que mi experiencia puede ayudar o arrojar un poco de luz a otras personas.

Cada uno de ellos lleva el nombre de mi hijo y de mi hija (Irene y Juan) Ser madre es una parte esencial de mi vida. Nunca he querido que únicamente eso me configurase porque creo que tengo muchas cosas que ofrecer, en primer lugar, a Irene y a Juan;  y, tal vez porque me sentí muy engañada con las cosas que se nos contaban sobre la maternidad, he intentado siempre desmitificar ciertas creencias. Mi hija y mi hijo son parte de mí, pero como dice Gibran, son flechas que yo lanzo al mundo para que lleguen lo más lejos posible, no seres de mi propiedad.

Soy Asturiana (así, con mayúsculas) y de Gijón, me encanta mi tierra y nuestra manera, tan norteña, tan de mar, de vivir. Con esta afirmación os preguntaréis que hace este mapa en medio de la tarta. En tercero de carrera fui a hacer mi Erasmus a Italia. Sin duda, ese año marcó mi vida para siempre. Adoro Italia y tengo amigas y amigos allí con quienes hablo al menos una vez al mes y con quienes no he perdido el contacto después de 20 años. Vamos de vacaciones a Italia y siempre que podemos nos escapamos allí. Es verdad que soy de la Italia del sur, de Roma para abajo, la esencia misma italiana.

Mi Erasmus lo hice en L’Aquila, la ciudad del Abruzzo que sufrió un terremoto hace unos años…la sensación de ver la ciudad seis meses después,( el terremoto fue en abril y yo fui en septiembre) es una de esas sensaciones que se quedan para siempre dentro de ti. Un trozo de mi corazón es italiano, así que eso también responde a quien soy.

Verbum: palabra; así quisimos que se denominara un proyecto empresarial en el pusimos toda nuestra ilusión desde el primer momento. La fuerza de la palabra en la que creemos firmemente.

representan a Roberto, mi marido. Casi 25 años juntos. Es mi compañero en todas y cada una de las aventuras que he decidido emprender, vitales y profesionales, sin él, este blog no sería posible, y no solo por la parte técnica (que también).

Tengo la suerte de tener una madre y un padre jóvenes que son otro de mis pilares fundamentales, me dan fuerzas, ánimo y toda la ayuda del mundo en todo lo que me propongo; mi formación y mis valores esenciales, son, también, mérito suyo. Además, mi entorno familiar es estrecho y fuerte, la mayor de dos hermanos, la única sobrina, la única nieta…he sido siempre una privilegiada en este sentido y siempre me he sentido muy querida por todas las personas que configuran ese círculo familiar (curiosamente casi todo mujeres excepto mi hermano y mi tío…)

Soy  muy leal y muy amiga de mis amigos/as. Me encanta estar rodeada de las personas a las que quiero, por eso no es raro que en mi casa haya alguna cena improvisada (o no), organice fiestas o algún “sarao”. Esas personas que llevan muchos años en mi vida o que se han ido incorporando,  son otro sustento clave y como dice la canción son quienes “le recuerdan que no está sola”.